ISLA DE ARICHUNA Ó ISLA DE LAS MUJERES “Un Homenaje a las heroínas venezolanas”
Argenis Méndez Echenique
Para muchos de nuestros investigadores de la historia regional ha pasado por alto hacer referencia a un tema que se menciona en muchos textos referidos a los avatares de la Guerra de la Independencia Nacional, como lo es el de la Isla de Arichuna, que yo he bautizado, aunque no tengo la potestad para ello, con el nombre de LA ISLA DE LAS MUJERES.
En reciente manuscrito del Dr. Leopoldo González Gamarra, éste explica algunas características y ubicación de la famosa Isla de Arichuna: “El Apure, después de San Fernando – vía , Arichuna, en su margen izquierda, a la altura de un paraje conocido como El Chinal (próximo a Arichuna, abrió también hace miles de años un curso de agua que pasando frente a Mangas Coberas (Guárico), recorre aproximadamente 150 kilómetros y desemboca en el mismo Apure, en un sitio llamado el Picacho de Manatí, formando de paso la sempiterna (sic) ISLA DE ARICHUNA y no Apurito como falsamente se le ha venido llamando. En consecuencia, toda la isla de Arichuna pertenece al hoy Estado Apure y es jurisdicción de la Parroquia Peñalver, cuya capital es ARICHUNA, perteneciente al Municipio San Fernando, como se observa en los mapas que se acompañan. Esto se refuerza con la preferente atención médico – asistencial que periódicamente asiste con personal médico y enfermeras al ambulatorio de Arichuna”.
Viendo la importancia histórica del tema, llamo la atención de la inestimable amiga profesora Zoila Arrioja, representante del Instituto Nacional de la Mujer en Apure, y la Dra. María León, Ministra del mismo organismo, para que apoyen la iniciativa de diligenciar la construcción de un Monumento a la Mujer Venezolana en ese lugar.
El asunto es que José Tomás Boves, el caudillo realista de los llaneros, en sus correrías por el país, cometiendo innumerables crímenes, tropelías y desafueros, al tomar los pueblos decretaba el saqueo, con todas las consecuencias negativas para la población como es de imaginar: robos, violaciones, muertes…, sin respetar sexos, color, edades ni los lugares sagrados donde se hubiesen refugiado (no respetaban las iglesias). Generalmente, los hombres blancos, patriotas o seguidores del rey, eran los sacrificados.
Pero en el caso de las mujeres, éstas eran sometidas a los mayores vejámenes y luego, las que salvaban la vida en ese momento, eran enviadas a la ISLA DE ARICHUNA, especie de campo de concentración creado por el sanguinario asturiano en esta inhóspita ínsula del río Apure, para mantener cautivas a todas las mujeres blancas que lograba capturar. Muchas fueron las heroínas anónimas que sembraron sus huesos en ese lugar, para entonces, plagado de fieras e innumerables incomodidades.
Por ello, proponemos que, en este sitio histórico, se construya un parque recreacional, con un monumento a la memoria de tantas e ignoradas mujeres sacrificadas por la cuchilla de Boves. Sería un HOMENAJE NACIONAL A LA MUJER VENEZOLANA. El pedido, que es apoyado por la gente de Arichuna, está dirigido al Comandante Chávez y al Capitán Aguilarte, que sabemos están empeñados en rescatar el patrimonio histórico – cultural de Venezuela y de la región, con el loable propósito de fortalecer nuestra identidad y patriotismo, ganados a fuerza de múltiples sacrificios y voluntad de lucha.
Según la tradición, oral y recogida en algunos textos, allí fue a dar con su maltrecha humanidad, una hermana del Mariscal Antonio José de Sucre en 1814, Magdalena Sucre, después que Boves atacó y se apoderó de la ciudad de Cumaná, matando y secuestrando a todas las féminas que cayeron en sus criminales manos. No existe precisión en el nombre de la víctima pariente del héroe de Ayacucho, pero sí suficientes referencias históricas sobre el lugar de reclusión; es decir, la isla de Arichuna. Así, don Alfonso Rumazo González, historiador ecuatoriano residenciado y fallecido en Venezuela, dice en prólogo a la obra que recoge algunos Documentos Selectos de Antonio José de Sucre (1993, Biblioteca Ayacucho): “Entre los jefes enemigos había uno, supersanguinario; el español JOSÉ TOMÁS BOVES. Logró, en 1814, apoderarse de la ciudad de Cumaná y decidió ejemplarizar. En su informe al Rey, el padre JOSÉ AMBROSIO DE LAS LLAMOZAS, vicario de las tropas de Boves, expresó: “Boves ordenó a sus soldados matar a cuanto hombre encontraran; y lo ejecutaron hasta entrando varios a caballo dentro de la iglesia parroquial buscando a los que en ella se habían refugiado, para matarlos, como lo realizaron con más de quinientos”. Iban de casa en casa, asesinando. La residencia de la familia SUCRE fue violada. La madrastra, NARCISA MÁRQUEZ ALCALÁ y dos hermanas de Sucre, que se habían escondido, fueron descubiertas y apresadas; después de ofenderlas, las enviaron a la ISLA DE ARICHUNA”. Más adelante, el investigador ecuatoriano informa: “A consecuencia de este sistema han desaparecido los blancos. En Cumaná solo han quedado 5 u 8 del país y aún una gran porción de señoras fueron presas y remitidas a Caracas para ser conducidas después a la desierta ISLA DE ARICHUNA (p. 250)”.
Ese criminal suceso acaeció en Cumaná, pero también en otros lugares de Venezuela, asolados por el “Urogallo”, como bautizó a Boves el psiquiatra fabulador caraqueño Francisco Herrera Luque. El padre Llamozas, nativo de Calabozo y al servicio de las tropas realistas, en su aterrorizado Memorial al Rey de España (1815), alude así mismo a las tropelías cometidas por Boves en su pueblo natal: “…en el Guayabal, poco después de la batalla de Mosquiteros, declaró la muerte a todos los blancos y lo ejecutó constantemente hasta el pueblo de San Mateo. Por consecuencia de esta resolución hizo matar en Calabozo 87 blancos que pudo aprehender y dejó lista de otros 32 para el mismo efecto y orden a la salida de esta villa, a su comandante militar, para que hiciese matar a todo hombre blanco que allí llegase y QUE LAS MUJERES BLANCAS DE CALABOZO Y PUEBLOS INMEDIATOS FUESEN REMITIDAS A LA ISLA DE ARICHUNA, como se ejecutó, repartiendo las casas y bienes de los muertos y de las desterradas entre los pardos y dándoles papeletas de propiedad”.
Otra referencia puede consultarse en el libro Historia de la Rebelión Popular de 1814, de Juan Uslar Pietri, hermano de Arturo Uslar Pietri, citado por el Dr. González Gamarra en el mencionado manuscrito: “El escritor e historiador JUAN USLAR PIETRI, en su libro “La Rebelión de 1814” le dedica a esta isla de Arichuna, un capítulo de extraordinaria importancia. Afirma Uslar que a esta Isla de Arichuna, Boves, desde 1813, enviaba a las esposas y familiares femeninas de los heroicos patriotas fusilados en Calabozo. La vía escogida era: Calabozo – Cazorla – el paraje de Mangas Coberas (hasta aquí Guárico) y luego al atravesar el brazo del Apure antes nombrado, dejaban a las víctimas en la Isla de Arichuna. Muchas fueron devoradas por las fieras, pues abundaba mucho el tigre, otras pocas lograban salvarse al lograr llegar sanas y salvas al pueblito hospitalario y tranquilo de Arichuna”.
“Esta versión de Uslar –según el Dr. González Gamarra- es sustentada por los bisabuelos de este autor, según lo sostenían las tías, casi todas nacidas durante el régimen de Guzmán Blanco”.
Imagen tomada de http://www.panoramio.com/photo/461464
En reciente manuscrito del Dr. Leopoldo González Gamarra, éste explica algunas características y ubicación de la famosa Isla de Arichuna: “El Apure, después de San Fernando – vía , Arichuna, en su margen izquierda, a la altura de un paraje conocido como El Chinal (próximo a Arichuna, abrió también hace miles de años un curso de agua que pasando frente a Mangas Coberas (Guárico), recorre aproximadamente 150 kilómetros y desemboca en el mismo Apure, en un sitio llamado el Picacho de Manatí, formando de paso la sempiterna (sic) ISLA DE ARICHUNA y no Apurito como falsamente se le ha venido llamando. En consecuencia, toda la isla de Arichuna pertenece al hoy Estado Apure y es jurisdicción de la Parroquia Peñalver, cuya capital es ARICHUNA, perteneciente al Municipio San Fernando, como se observa en los mapas que se acompañan. Esto se refuerza con la preferente atención médico – asistencial que periódicamente asiste con personal médico y enfermeras al ambulatorio de Arichuna”.
Viendo la importancia histórica del tema, llamo la atención de la inestimable amiga profesora Zoila Arrioja, representante del Instituto Nacional de la Mujer en Apure, y la Dra. María León, Ministra del mismo organismo, para que apoyen la iniciativa de diligenciar la construcción de un Monumento a la Mujer Venezolana en ese lugar.
El asunto es que José Tomás Boves, el caudillo realista de los llaneros, en sus correrías por el país, cometiendo innumerables crímenes, tropelías y desafueros, al tomar los pueblos decretaba el saqueo, con todas las consecuencias negativas para la población como es de imaginar: robos, violaciones, muertes…, sin respetar sexos, color, edades ni los lugares sagrados donde se hubiesen refugiado (no respetaban las iglesias). Generalmente, los hombres blancos, patriotas o seguidores del rey, eran los sacrificados.
Pero en el caso de las mujeres, éstas eran sometidas a los mayores vejámenes y luego, las que salvaban la vida en ese momento, eran enviadas a la ISLA DE ARICHUNA, especie de campo de concentración creado por el sanguinario asturiano en esta inhóspita ínsula del río Apure, para mantener cautivas a todas las mujeres blancas que lograba capturar. Muchas fueron las heroínas anónimas que sembraron sus huesos en ese lugar, para entonces, plagado de fieras e innumerables incomodidades.
Por ello, proponemos que, en este sitio histórico, se construya un parque recreacional, con un monumento a la memoria de tantas e ignoradas mujeres sacrificadas por la cuchilla de Boves. Sería un HOMENAJE NACIONAL A LA MUJER VENEZOLANA. El pedido, que es apoyado por la gente de Arichuna, está dirigido al Comandante Chávez y al Capitán Aguilarte, que sabemos están empeñados en rescatar el patrimonio histórico – cultural de Venezuela y de la región, con el loable propósito de fortalecer nuestra identidad y patriotismo, ganados a fuerza de múltiples sacrificios y voluntad de lucha.
Según la tradición, oral y recogida en algunos textos, allí fue a dar con su maltrecha humanidad, una hermana del Mariscal Antonio José de Sucre en 1814, Magdalena Sucre, después que Boves atacó y se apoderó de la ciudad de Cumaná, matando y secuestrando a todas las féminas que cayeron en sus criminales manos. No existe precisión en el nombre de la víctima pariente del héroe de Ayacucho, pero sí suficientes referencias históricas sobre el lugar de reclusión; es decir, la isla de Arichuna. Así, don Alfonso Rumazo González, historiador ecuatoriano residenciado y fallecido en Venezuela, dice en prólogo a la obra que recoge algunos Documentos Selectos de Antonio José de Sucre (1993, Biblioteca Ayacucho): “Entre los jefes enemigos había uno, supersanguinario; el español JOSÉ TOMÁS BOVES. Logró, en 1814, apoderarse de la ciudad de Cumaná y decidió ejemplarizar. En su informe al Rey, el padre JOSÉ AMBROSIO DE LAS LLAMOZAS, vicario de las tropas de Boves, expresó: “Boves ordenó a sus soldados matar a cuanto hombre encontraran; y lo ejecutaron hasta entrando varios a caballo dentro de la iglesia parroquial buscando a los que en ella se habían refugiado, para matarlos, como lo realizaron con más de quinientos”. Iban de casa en casa, asesinando. La residencia de la familia SUCRE fue violada. La madrastra, NARCISA MÁRQUEZ ALCALÁ y dos hermanas de Sucre, que se habían escondido, fueron descubiertas y apresadas; después de ofenderlas, las enviaron a la ISLA DE ARICHUNA”. Más adelante, el investigador ecuatoriano informa: “A consecuencia de este sistema han desaparecido los blancos. En Cumaná solo han quedado 5 u 8 del país y aún una gran porción de señoras fueron presas y remitidas a Caracas para ser conducidas después a la desierta ISLA DE ARICHUNA (p. 250)”.
Ese criminal suceso acaeció en Cumaná, pero también en otros lugares de Venezuela, asolados por el “Urogallo”, como bautizó a Boves el psiquiatra fabulador caraqueño Francisco Herrera Luque. El padre Llamozas, nativo de Calabozo y al servicio de las tropas realistas, en su aterrorizado Memorial al Rey de España (1815), alude así mismo a las tropelías cometidas por Boves en su pueblo natal: “…en el Guayabal, poco después de la batalla de Mosquiteros, declaró la muerte a todos los blancos y lo ejecutó constantemente hasta el pueblo de San Mateo. Por consecuencia de esta resolución hizo matar en Calabozo 87 blancos que pudo aprehender y dejó lista de otros 32 para el mismo efecto y orden a la salida de esta villa, a su comandante militar, para que hiciese matar a todo hombre blanco que allí llegase y QUE LAS MUJERES BLANCAS DE CALABOZO Y PUEBLOS INMEDIATOS FUESEN REMITIDAS A LA ISLA DE ARICHUNA, como se ejecutó, repartiendo las casas y bienes de los muertos y de las desterradas entre los pardos y dándoles papeletas de propiedad”.
Otra referencia puede consultarse en el libro Historia de la Rebelión Popular de 1814, de Juan Uslar Pietri, hermano de Arturo Uslar Pietri, citado por el Dr. González Gamarra en el mencionado manuscrito: “El escritor e historiador JUAN USLAR PIETRI, en su libro “La Rebelión de 1814” le dedica a esta isla de Arichuna, un capítulo de extraordinaria importancia. Afirma Uslar que a esta Isla de Arichuna, Boves, desde 1813, enviaba a las esposas y familiares femeninas de los heroicos patriotas fusilados en Calabozo. La vía escogida era: Calabozo – Cazorla – el paraje de Mangas Coberas (hasta aquí Guárico) y luego al atravesar el brazo del Apure antes nombrado, dejaban a las víctimas en la Isla de Arichuna. Muchas fueron devoradas por las fieras, pues abundaba mucho el tigre, otras pocas lograban salvarse al lograr llegar sanas y salvas al pueblito hospitalario y tranquilo de Arichuna”.
“Esta versión de Uslar –según el Dr. González Gamarra- es sustentada por los bisabuelos de este autor, según lo sostenían las tías, casi todas nacidas durante el régimen de Guzmán Blanco”.
Imagen tomada de http://www.panoramio.com/photo/461464
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