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viernes, 1 de abril de 2011

GEOHISTORIA DEL CASERÍO MORICHALITO – LA HOGAZA

Dr. Felipe Hernández G.
UNESR / Cronista Oficial de Valle de La Pascua Febrero 2011.

Toda historia es geohistoria, historia de los pequeños espacios con sus respectivos metabolismos ecosistémicos y que el hombre asume o reordena en función étnica, política o social. Estudio que amerita, para una comprensión satisfactoria, de la concurrencia de saberes, casi siempre especializados, pero conscientes de la trandisciplinariedad necesaria para aproximaciones más o menos confiables.
Así que, con respecto al espacio geográfico donde está localizada la comunidad de Morichalito-La Hogaza, territorialmente, es un caserío del Municipio Leonardo Infante, localizado geográficamente, al Sur-Oeste de la Parroquia Valle de la Pascua del Estado Guárico. Refieren los lugareños, que la primera persona que se estableció en el lugar fue doña María Elena Álvarez, quien llegó a la jurisdicción procedente del pueblo de Espino, a trabajar en oficios domésticos y otras labores femeninas en los hatos del lugar. Ahí formó pareja con un ciudadano de nombre Víctor José ¿? Apodado “Víctorjoso”, con quien procreó su primer hijo de nombre Ramón Higinio Álvarez, y construyó la primera casa en jurisdicción del hato La Hogaza, que fue una propiedad del general Juan Vicente Gómez, la cual a su muerte fue confiscada por el gobierno nacional en 1936.
De una segunda unión de María Elena Álvarez con Concepción (Concho) Carrillo, nacieron una niña de nombre Dolores, y dos niños: Cornelio y Alejandro Álvarez. Finalmente, María Elena Álvarez se unió a Santana Soublette, con quien procreó a María Dominga Álvarez. Además crió a su sobrino Evaristo Ceballos Álvarez, hijo de su hermana Tomasa Álvarez. Todos tenidos en la comunidad como los fundadores del Caserío Morichalito. María Elena Álvarez murió en Valle de la Pascua, en 1968.
Límites: Los límites del Caserío Morichalito, son, por el NORTE: Los sitios y caseríos de Masaguaro, Las Babitas, Agua Blanca y Mayalito. Por el SUR: Los sitios, parcelas y fincas ganaderas localizadas en jurisdicción del antiguo hato La Unión, en la parte correspondiente a las posesiones: La Puya de los hermanos Moreno Loreto, herederos de Tomás Moreno; las fincas de Tito Camero y Wilfredo Camero Gómez, y la finca La Chaguarama, de Domingo Vargas Díaz. Por el ESTE: La quebrada de La Pascua, y los caseríos Santa Juan, Carro Viejo y Las Delicias; y por el OESTE: el río Manapire (en la parte que pasa frente al Caserío Las Horqueticas, en jurisdicción del municipio Las Mercedes del Llano).
Historia: El ir y venir de los primeros pobladores de San Sebastián de los Reyes, permitió la diseminación hacia los contornos de los sitios originales, irrumpiendo en los suelos fértiles del Orituco. Conocida la calidad de la tierra, apta para el ejercicio agrícola, la ilusión de riqueza se orientó hacia la explotación de las tierras, ese horizonte inmenso les permitió descubrir los beneficios que podía brindarles si había intención de trabajarla. La explotación ganadera se convirtió de éste modo, en la principal fuente de producción, producto del surgimiento de los hatos como células pobladoras, mediante el otorgamiento de tierras a través de repartimientos y mercedes de tierra por la corona española a través de reales cédulas. Es el caso de los hatos Santa Juana de la Cruz, Belén de Mata Linda, Chaguaramas, y otros. En ese sentido, para 1697 la jurisdicción del hoy estado Guárico, estaba dividida en extensas porciones de territorio que se llamaban partidos, entre ellos: Paya, Aricapano, La Cruz, Guayas, Caicara y Las Palmas, integrados por “sitios” y fundaciones correspondientes al asentamiento de los hatos en ellos enclavados. El llamado partido de Las Palmas comprendía una extensión de territorio que iba desde El Sombrero hasta las costas del río Unare aproximadamente. Así tenemos, que en jurisdicción del partido de Las Palmas se encontraban enclavados los siguientes sitios: Chaguaramas, Las Palmas, La Villa, Cañaveral, Valle de la Pascua, San Ignacio, Quebrada Honda, San Pedro de Carángano, Santa Bárbara, El Socorro, San Félix, Santa Juana, La Candelaria de La Hogaza, La Piragua, Santa Clara, Mocapra, Belén, Manapire, La Barrosa, Espino, San José de las Guasguas, Las Guabinas, Platanales, Paso del Arbolito; además de los asientos de: Laguna Alta, Sanjonote, Pan de Azúcar, Morichito y Vivoral. Los hatos serán generadores de alimentos para el autoabastecimiento, llevando implícito el enriquecimiento individual. La res crea el hato y éstos dan origen a la jurisdicción denominada Partido de Las Palmas. Es el caso del hato La Hogaza durante el período colonial.
La Guerra de Independencia: En las sabanas del hato la Hogaza se desarrolló el 2 de diciembre de 1817, la Batalla de la Hogaza, acción bélica de triste recordación en los anales de la historia patria, porque el general Pedro Zaraza fue derrotado, al ser sorprendido por el ejército realista comandado por Miguel de La Torre. Esta lucha fue por demás sangrienta; en la retirada, los patriotas comandados por Zaraza incendiaron la sabana, además, perdieron el parque y el equipo, el cual no pudieron aprovechar los realistas porque las llamas destruyeron todo.
Esta derrota tuvo serios efectos sobre los esfuerzos del Libertador Simón Bolívar por llevar la guerra a todo el país como lo había planeado. Era necesario reponer las pérdidas en hombres, caballos y pertrechos, entre ello la primera imprenta traída al Guárico, que estaba en manos de Zaraza. Entre los numerosos muertos se encontraba el sobrino carnal de Bolívar, Guillermo Palacios Bolívar, ayudante del Estado Mayor, y entre los heridos el patriota Ambrosio Plaza.
La Hogaza y La Unión, hatos Gomeros: En los Avalúos de los Bienes Restituidos a la Nación, a su muerte del general Juan Vicente Gómez en 1935, los hatos La Hogaza y La Unión aparecen reseñados en el Cuerpo de Bienes que este tenía en el estado Guárico. Según esa relación, el Hato denominado “LA HOGAZA”, situado en el para entonces distrito Infante (hoy municipio Infante), constaba de una legua y cuarto de sabanas cercadas y tres cuartos de legua anexa sin cercar, cuyo valor, inclusive la casa, cuyo valor fue estimado en Bs. 17.500,00. Los demás bienes eran:
700 vacas a Bs. 35 cada una, Bs. 24.500,00
150 novillos, a Bs. 50 cada uno, Bs. 7.500,00
300 reses pequeñas, a Bs. 20 cada una, Bs. 6.000,00
20 caballos, a Bs. 120 cada uno, Bs. 2.400,00
9 mulas, a Bs. 160 cada una, Bs. 1.440,00
12 yeguas, a Bs. 40 cada una, Bs. 480,00
1 carro de bestias con sus aperos, Bs. 180
Total: 60.000,00 Bs.
Para el año 2011, el hato la Hogaza es una propiedad de Luciano Molina, que habita en Las Mercedes del Llano, quien la adquirió de Monserrate (Monche) Camero Matos.
En el caso del Hato “LA UNIÓN”, también situado en el distrito Infante al Sur de La Hogaza, constaba de nueve leguas de terrenos, dos y media de las cuales cercadas de alambre, a razón de Bs. 4.000 las 1.000, Bs. 36.000,00
Excedente de valor de las 2.1/2 leguas cercadas, Bs. 8.000,00
4 leguas de terreno en el sitio denominado “San Pedro”, Bs. 16.000,00
1.200 vacas a Bs. 35 cada una, Bs. 42.000,00
300 novillos, a Bs. 50 cada uno, Bs. 15.000,00
800 reses pequeñas, a Bs. 20 cada una, Bs. 16.000,00
20 caballos, a Bs. 120 cada uno, Bs. 2.400,00
9 mulas, a Bs. 160 cada una, Bs. 1.440,00
Bienhechurías, Bs. 3.000,00
Total: 139.840,00 Bs.
Población: Para el año 2011, la población aproximada del caserío Morichalito es de 280 habitantes, distribuidos entre las 56 familias que tiene la comunidad. En el Caserío, el apellido Álvarez es el más extendido, seguido de los apellidos: Sánchez, Escalona, Martínez, Soublette y Suárez.
Las fiestas patronales del Caserío Morichalito se efectúan el 24 de octubre, que es el día del santo patrón: San Rafael Arcángel.
Don José Antonio Soublette, es un recordado líder de esa comunidad, donde gozó de aprecio, por las luchas que adelantó en pro de reivindicaciones para sus habitantes.
Actividades Laborales: Los hombres de la comunidad trabajan como: Peones y/u obreros: contratados como ordeñadores, queseros, deforestadores en los predios agrícolas de la jurisdicción o de otras localidades, y Jornaleros: Desmatonando fincas, para sembrar y cosechar por temporada, pintando estantes, abriendo callejones, entre otras actividades. Las mujeres realizan oficios del hogar y algunas labores artesanales, entre otras, dulcería criolla, y tejen alpargatas, chinchorros.
Economía: La economía del Caserío Morichalito – La Hogaza se basa en la agricultura y la ganadería. Los principales renglones que se cultivan, son: maíz, sorgo, además de: tabaco, yuca, topocho, plátano, cambur, ají dulce, patilla, berenjena, lechosa, caraota pintada, frijol y auyama, entre otros. Se cría ganado vacuno y se produce queso llanero y dulcería criolla. En la comunidad hay una fábrica de bloques de cemento.
Los principales plantadores y curadores de tabaco en la comunidad, son: En Morichalito, Gaspar Pérez Suárez; en el caserío Murianga, Máximo Delgado; y en La Culebra, Barreto Longa.
Para el año 2011, los propietarios de las fincas y parcelas localizadas en la jurisdicción, son: En Morichalito: Teolinda Suárez de Lugo y esposo; Francisco Moreno Loreto, y los Caputto. Finca Hato Viejo-La Unión: Alirio Solano. Finca Charco Largo: Oscar Ramírez. Finca Quitapesares, propiedad de un ciudadano de nacionalidad norteamericana, administrada por un ciudadano de nombre Kenny. Otros propietarios, son: Moisés González, Freddy Ramírez y Eusebio Ojeda.
Servicios: La comunidad cuenta con una casa comunal, una capilla evangélica, dos bodegas (Bodega El Roblecito de Rómulo Puerta, y la bodega de Carmen Orelia Soublette). Doña Calixta Álvarez, viuda de José Mercedes Martínez, comercializa gasolina y refrescos, es la madre de Marta Rosa Martínez; y para el esparcimiento, Agustín Martínez es criador de gallos de raza y posee una gallera, en el sector Los Mangos.
La población se surte de agua de un pozo que fue perforado en los años sesenta, durante la gestión del gobernador Juan Manuel Barrios, en el sector Las Rurales.
Educación: En la comunidad funciona desde los años sesenta, la Escuela DC4325 La Hogaza (es una Unidad Educativa, con los niveles de: educación inicial, primaria y bachillerato). El Coordinador de la institución es el maestro Luis Uvieda. La primera promoción de bachilleres egresó en el año escolar 2009-2010, y la integraron seis alumnos: Ciro Alexander Álvarez, Diana Cordero, Glendys Álvarez, Josué Suárez, Luis Alexander Álvarez y Sandro Rafael Álvarez.
Algunos de los maestros que trabajaron en la Escuela DC4325 La Hogaza, son: Lisandro Suárez Silvera, Sael Gómez, Alirio Solano, Zulia Higuera, Edith Suárez, entre otros.
Distancia de la ciudad de Valle de la Pascua a Morichalito: El Caserío dista de Valle de la Pascua, 60 Km aproximadamente, desde la salida por el barrio Los Bálsamos de esta ciudad, y siguiendo la carretera rural que conduce a las comunidades de: Los Caobos, Mamonal, Mahomito, La Cumaca, Mata de rancho, La Clemencia, Mayalito, La Culebra, Caujarote, Cujisote, La Hogaza y finalmente, Morichalito.
El Consejo Comunal desde antes de 2010, lo integran Wolfang Herrera, Luis E. Uvieda, María Herrera, Morelia Martínez y Martha Rosa Martínez.

RECOMENDACIÓN

Se sugiere a los habitantes de la Comunidad de Morichalito-La Hogaza, proponer ante las autoridades del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, que sea designado como epónimo de la Escuela DC4325 La Hogaza, el nombre del patriota Guillermo Palacios Bolívar. Razones: El joven patriota Guillermo Palacios Bolívar, ofrendó su vida por la libertad de la patria en las sabanas de La Hogaza, estado Guárico, cuando apenas contaba con 21 años de edad; era sobrino del Libertador, hijo de su hermana Juana y de Dionisio Palacios. Ambos, padre e hijo, fueron próceres: Dionisio Palacios murió en la defensa de Maturín (1814) y el hijo, Guillermo, en la batalla de La Hogaza (1817). La madre, Juana Nepomucena Bolívar de Palacios, fue patriota, esposa y madre de republicanos.

REFERENCIAS:

DE ARMAS CHITTY, J. A. (1979): Aventura y Circunstancia del Llanero. Ganadería y Límites del Guárico (Siglo XVIII). Caracas: Academia Nacional de la Historia.
HERNÁNDEZ G. Felipe. (2006): Historia de Valle de la Pascua. En los Llanos del Guárico. 1725-2000. Caracas: Tipografía de Miguel Ángel García e hijo.
HERNÁNDEZ G. Felipe (2008): San Sebastián de Los Reyes: Puerto de tierra hacia el Llano. Publicado en el blog Historiografías:
http://historiografias.blogspot.com/2008/07/san-sebastian-de-los-reyes-puerto-de.html
PÉREZ HERNÁNDEZ, J. M. (1983): Tierras de Maracay. (25 Aniversario del 23 de Enero de 1958). Maracay: Editorial El Aragüeño CA.
SILVA, Aquiles. (1994): El Guárico, su historia y la fecha de hoy. San Juan de los Morros: Diario La Antena, viernes 2 de diciembre de 1994. p. 2.
ZARAZA, Lorenzo. (1933): La Independencia en el Llano. Caracas: Editorial Elite.

TESTIMONIOS.

Julio FARÍAS. (2011). Profesor en la UE “DC4325-La Hogaza” de la comunidad Morichalito. Cursante de la Maestría en Desarrollo Rural en la UNESR. Entrevista realizada por el autor de la Crónica, en la Oficina de Postgrado de la UNESR - Valle de la Pascua, el sábado 26 de febrero de 2011. Hora: 8:00 am.
Martha Rosa MARTÍNEZ. (2011). Habitante de la comunidad Morichalito. Entrevista realizada por el autor de la Crónica, en la sede del Concejo Municipal del Municipio Infante (Valle de la Pascua), el martes, 21 de febrero de 2011. Hora: 10:00 am.
Valle de la Pascua, Febrero 2011.

viernes, 25 de marzo de 2011

VALLE DE LA PASCUA. AÑO 1877. ACUERDO DEL CONCEJO MUNICIPAL DEL DEPARTAMENTO BRAVO SOLICITANDO PÁRROCO PARA ESPINO E IGUANA.

(2 de 4)
FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR / CRONISTA DE VLP


ACUERDO DEL 21 DE ENERO SOLICITANDO UN PÁRROCO PARA LOS DISTRITOS DE ESPINO E IGUANA.
ILUSTRÍSIMO SEÑOR ARZOBISPO DE CARACAS Y VENEZUELA
El Concejo Municipal tiene entre otras, la atribución de “Informar al Ejecutivo del estado sobre la conducta de los Párrocos, pedir con los datos necesarios la remoción de los que la observen reprensible y perjudicial al bien de los feligreses, y pedir sean provistos los curatos que carezcan de párrocos”.
Por comunicación fecha 10 del que cursa, bajo el número 20, digo al Ciudadano Presidente del Estado Guárico en ejercicio, lo que a la letra copio:
El Concejo Municipal de este Departamento, ha creído llegada la oportunidad de hacer uso del final de su atribución 6a, por cuanto a los Distritos de Espino e Iguana. El mismo Distrito capital (Valle de la Pascua), no obstante de estar provisto de párroco, por sus crónicos padecimientos físicos, se hace necesario de un adjunto o teniente cura, que, residiendo en la Capital del Departamento, se le hiciese extensiva su jurisdicción a los Distritos de Espino e Iguana. Así quedará administrada la feligresía en general, sin detrimento alguno que lamentar en todo el Departamento Bravo. Confía, pues, el Concejo, en que el Ejecutivo del Estado penetrado de esta circunstancia, proveerá en justicia la imperiosa necesidad de un Párroco más, que demanda el Departamento Bravo. Comunícolo a Usted, de orden del Concejo Municipal. Dios y Federación.
El Presidente accidental: Pedro M. Gámez.
El Concejo Municipal del Departamento Bravo al conferirme la facultad de hacer a Su Ilustrísima trascendental el presente acuerdo, me ha ordenado excitar a esa superioridad a proveer, según sus facultades omnímodas, la vacación de que adolece esta sección territorial del Guárico. Al concluir esta importante comisión cerca de Su Ilustrísima, séame permitido protestarle en unión de esta Municipalidad, la genuina expresión de sus respetos y consideraciones muy distinguidas, y que hará votos continuos por la dicha y prosperidad de su Señoría Ilustrísima. Dios y Federación,
Presidente: Ignacio Hernández.
En la ciudad de Valle de la Pascua, a los 16 días del mes de marzo de 2011.

miércoles, 23 de marzo de 2011

VALLE DE LA PASCUA: CAPITAL DEL DEPARTAMENTO BRAVO. AÑO 1877

(1 de 4)
DR. FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR
CRONISTA DE VLP

El año 1872, durante el Septenio del presidente Antonio Guzmán Blanco, los estados de la República fueron divididos en departamentos y distritos. En el caso del Estado Guárico, este fue dividido primeramente, en siete Departamentos y 33 Distritos, tal como habían estado conformados hasta el año 1866. Siendo estos:
1) Departamento Jiménez: capital Calabozo, y los distritos: Bolívar, Sucre, Los Ángeles, La Trinidad, El Rastro y Guardatinajas. 2) Departamento Arismendi: capital El Sombrero; distritos: Barbacoas, El Calvario, y Sosa (creado ese año). 3) Departamento Infante: capital Chaguaramas; distritos: Valle de la Pascua, Espino, Altagracia de Iguana, Cabruta y Santa Rita de Manapire. 4) Departamento Unare: capital Zaraza; distritos: Tucupido, San Rafael de Unare, El Potrero, Santa María de Ipire y Altamira. 5) Departamento Cedeño: capital San Rafael de Orituco; distritos: Altagracia de Orituco, Lezama y Taguay. 6) Departamento Bermúdez: capital Santa Rosa de Lima; distritos: Las Mercedes (de Ortiz), Parapara, San José y San Francisco de Tiznados. 7) Departamento Crespo: capital Camaguán; distritos: Guayabal y Cazorla. Además, en 1872, fueron creados los distritos civiles con los vecindarios Guásima y Cardoncito en Barbacoas, con el nombre de El Rosario y Santa Rosa, El Paso del Eneal con el nombre de Libertad de Macaira y San José y San Juan de Tamanaco en el Unare.
En 1875 se creó el distrito El Socorro, con el nombre de Urbaneja. El departamento Arismendi es dividido en dos. Departamento Arismendi: El Sombrero (capital); distritos: El Calvario y Sosa; y Departamento Ibarra: Barbacoas (capital), distritos: El Rosario y Santa Rosa. También el departamento Infante fue dividido en dos: Departamento Infante: Chaguaramas (capital), distritos: Cabruta y Santa Rita de Manapire; y Departamento Bravo: Valle de la Pascua (capital), distritos: Espino y Altagracia de Iguana.
En 1875, las ciudades del Guárico son sólo tres: Calabozo, Ortiz y Zaraza. Las demás capitales de departamentos, son llamadas Villas.
Del año 1877, correspondiente a ese período del devenir político-administrativo del Estado Guárico, corresponden los Actos Administrativos del Concejo Municipal de la Villa de Valle de la Pascua (Capital del Departamento Bravo), que se presentan:
ESTADO GUÁRICO. DEPARTAMENTO BRAVO. (1877): Recopilación de los Actos Oficiales Sancionados por el Concejo Municipal del Departamento en el Primer Trimestre del año 1877. Edición Oficial. Aragua: Imprenta de C. Scherling. (Biblioteca de la Universidad de Harvard. Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos)).
1) Los funcionarios municipales del Departamento Bravo, se han impuesto el deber de dar a luz pública sus acuerdos más importantes, en homenaje a los principios democráticos, a fin de que todos los ciudadanos puedan juzgar con pleno conocimiento de todos sus trabajos. En los países republicanos la publicidad es un deber impuesto a todo funcionario, que tiene por norte la ley y el respeto a los verdaderos intereses públicos. Con estos honrados propósitos, el Concejo Municipal de Bravo acuerda: que se publiquen en la imprenta de “El Ómnibus”, de Aragua de Barcelona, los actos de este cuerpo en el primer trimestre de su período constitucional.
El Presidente: Ignacio Hernández. El Secretario: Ángel Remigio Tovar.
2) Acuerdo del 2 de Enero, participando al Prefecto del Departamento los nombramientos siguientes: EL Concejo Municipal, usando de la atribución que le está conferida por el artículo 16 de la Ley Orgánica de Tribunales, ha formado la terna que debe presentar al Prefecto para el nombramiento del Juez departamental en el presente año.
Recogida la votación, resultaron electos para componerla, los ciudadanos Ricardo Escobar, Dámaso Rengifo y Dr. Pedro E. Campos. Y para componer la Junta Clasificadora de este Distrito capital, fueron designados, los ciudadanos Miguel Lorenzo Ron, Ricardo Escobar, Pedro Rodríguez y Jesús Torres, de cuyos nombramientos han sido notificados todos y cada uno de los ciudadanos indicados.
EMPLEADOS EN RENTAS: Para Administrador Municipal del Departamento fue nombrado últimamente el ciudadano José Manuel Matute, el cual está ya en posesión de su empleo, desempeñándolo muy a satisfacción del Concejo Municipal.
Comunícolo a Ud. Para su inteligencia y demás fines. Dios y Federación.
El Presidente accidental: José Tomás Hernández.

ACUERDOS SOBRE DEMARCACIONES DE LAS COMISARÍAS

Prefectura Departamental de Bravo.- Atendiendo el que suscribe a la gran extensión de esta población y lo difícil que se hace la buena marcha del servicio público por las pocas comisarías que encierra esta localidad; y autorizado por el Ilustre Concejo Municipal de este Departamento para darle organización, como lo demarca el artículo 26 del Régimen Municipal;
Resuelvo: Dividir la población de Valle de la Pascua en once comisarías, bajo las denominaciones de barrios, en la forma siguiente:
LA MISERICORDIA: De Norte a Sur: Esquina del Aniego hacia el Naciente, comprendiéndose el trayecto de la laguna de abasto público y sus inmediaciones.
SAN JOSÉ: Sobre el Norte: De las esquina del Aniego a la de Sebastopol: Calle Real hasta sus confines. SAN JUAN: Sobre el Sur: De la esquina del Aniego a la de Sebastopol. EL PILAR: Sobre el Norte: De la esquina de Sebastopol a la de Zamora: Calle Real. LA CANDELARIA: Sobre el Sur: De la esquina de Sebastopol a la de Zamora. LAS MERCEDES: Sobre el Norte: De la esquina de Zamora a la de Independencia: Calle Real. EL CARMEN: Por el Sur: De la esquina de Zamora a la de Independencia. SANTA ROSALÍA: Por el Norte: De la esquina de Independencia a la del Mamón: Calle Real. SAN RAFAEL: Sobre el Sur: De la esquina de Independencia a la del Mamón. SAN ANTONIO: Sobre el Poniente Norte: De la esquina del Mamón hasta sus confines: Calle Real. LAS ÁNIMAS: Del Poniente al Sur: De la esquina del Mamón hasta sus confines.
Cada comisario de los barrios ya nombrados, será responsable de las faltas que se cometan por omisión o negligencia en sus respectivas localidades.
Dado en Valle de la Pascua, a 11 de Enero de 1877.
Firman: El Prefecto: Jesús María Istúriz.
Epitacio Delgado (Secretario).
Nota: Sometido a la consideración del cuerpo, el cuadro que precede fue aprobado.
**********************

En abril de 1881, ahora durante el Quinquenio, el Presidente de la República, general Antonio Guzmán Blanco, promulga una nueva Constitución, que elimina al estado Guárico, el cual pasa a formar parte del Gran Estado Guzmán Blanco, designando como capital del Guárico, primero a Camatagua y luego a Villa de Cura.
El Gran Estado Guzmán Blanco, fue uno de los nueve en que se dividió el país por la Constitución de abril de 1881, con capital Villa de Cura hasta 1889; Camatagua fue capital provisional por seis meses hasta que las Legislaturas regionales aprobaron su Constitución adaptada a la nueva Constitución Nacional y su Ley de División Político-Territorial. Por eso fueron capitales Camatagua capital del Guárico, igual que Caicara de Orinoco capital del estado Guayana o Bolívar, entre otras. El Gran Estado Guzmán Blanco lo componían las secciones Aragua (capital La Victoria), Guárico (capital Calabozo), Bolívar, el actual estado Miranda (capital Petare) y Nueva Esparta (capital La Asunción).

En Valle de la Pascua, a los 16 días del mes de febrero de 2011.

viernes, 25 de junio de 2010

LA BATALLA DE LA PEÑA (O LA ESCARAMUZA DONDE FUE DERROTADO ARÉVALO CEDEÑO)

DR. FELIPE HERNÁNDEZ G.
Profesor Titular. UNESR
Núcleo Valle de la Pascua
felipehernandez56@yahoo.es


Dedicado al ingeniero Manuel Soto Arbeláez por su interés en desentrañar y escribir sobre hechos y sucesos desconocidos o poco estudiados del devenir histórico regional y local del Guárico.


“Los testimonios individuales son fuentes de indispensable valor para la historia”.
Caracciolo Parra Pérez.


Refieren los lugareños de La Peña, que el sitio conocido como La Batalla Grande de La Peña, debe su nombre a una “batalla” (más bien una confrontación o escaramuza) que a finales del mes de junio del año 1918 se produjo en el lugar, entre el general Emilio Arévalo Cedeño y fuerzas del ejército del dictador Juan Vicente Gómez (1908-1935), comandadas por un general de apellido Camejo. En esta confrontación, las tropas de Gómez derrotaron a Arévalo Cedeño.
La “batalla” se escenificó en el conocido sitio de La Peña, al sur del municipio Infante, en inmediaciones del Orinoco medio, también al sur de la localidad de Parmana, en inmediaciones del llamado desde entonces, el Morichal de La Batalla o La Batalla Grande, cerca del asiento Lealeño, (por el hato que en la zona tuvo don Norberto Leal). Cuentan que en la confrontación fue derrotado el general Emilio Arévalo Cedeño, quien al salir derrotado, en su huída, tomó la vía que conduce al morichal de Carapa, guiado por un baquiano de nombre Antonio José Moya Hernández (Moyita), quien conocía muy bien la zona. Al llegar al morichal de Carapa, no pudieron pasar porque se encontraba anegado, debido al período de lluvias (entradas de agua a finales de junio), por lo que tuvieron que desviarse en la huida, hacia la cabecera del morichal, el cual es conocido hoy como el morichal de La Batallita, porque ahí tuvieron otro enfrentamiento, pero este fue un encuentro casual y rápido (se dispararon unos tiros), para evitar que las tropas del gobierno les cortara la retirada, cuando buscaban irse más al sur-este, de donde se desarrolló La Batalla Grande, hacia los predios del Fundo “Paso Pelao”, que era propiedad del señor Juan José Arzola, padre del señor Cruz Arzola Matos.
Informan quienes conocen la zona, que en el Fundo “Paso Pelao” los guerrilleros de Arévalo construyeron unas barricadas y unas trincheras de piedra (ripio) de los que en la actualidad todavía se conservan algunos vestigios. En ese fundo permanecieron escondidos tres días, mientras reagrupaban la tropa, se curaban y estabilizaban a los heridos. A los tres días fueron descubiertos por las fuerzas del gobierno, siendo todos los soldados de Arévalo asesinados (ajusticiados), menos el general Arévalo Cedeño y el baquiano Antonio José Moya, que en la refriega pudieron huir hacia la llamada Piedrota de La Peña, más al sur, buscando el río Manapire y así escapar de la columna del ejército que les perseguía.
Refieren, que cuando llegaron a La Piedra, los caballos estaban agotados (trozados), por lo que Arévalo tomó la decisión de distraerlos, dejando los caballos junto a “La Piedrota”, los máuser y los sombreros, colocados de modo que sobresalieran por encima de la gran roca, para que creyeran que eran los facciosos que estaban escondidos esperándolos para atacar al ejército. Mientras tanto, ellos huyeron velozmente a pie hacia la Quesera “Raimundito” muy próxima a la barranca del río Manapire. La Quesera “Raimundito” para ese entonces era propiedad del señor Mónico Matos Zamora, todavía existe, siendo propiedad en la actualidad de su hijo, el conocido productor agropecuario vallepascuense, José Quiterio Matos Hernández.
La citada quesera, por ser época de lluvias y estar localizada en zona anegadiza, estaba abandonada.
Cuando Arévalo Cedeño y Moya llegaron a las riberas del Manapire, se consiguieron otro obstáculo, el río estaba crecido e infectado de caimanes y caribes, de ahí, que Arévalo no quiso lanzarse al río, produciéndose una discusión con el baquiano Moya, que le insistía, que si no se lanzaban para pasar a nado el río, serían masacrados por las tropas de Gómez. Sin embargo, al revisar la casa de la quesera abandonada, encontraron dos tablones de congrio (árbol de madera muy dura, muy abundante en la zona), de los utilizados para almacenar queso, los cuales tomaron y utilizaron a manera de balsas para cruzar el río, para ello se acostaron en los tablones, los cuales eran impulsados por la corriente, de este modo pasaron hacia el otro lado, llegando a la Finca “Arrecife”, entre Cabruta y Santa Rita de Manapire. Lugar donde se juraron lealtad y se separaron. Antonio José Moya se regresó hacia los lados del sitio La Macanilla y el Paso del Guenero, para vadear el Manapire, y volver a los predios de La Peña. Arévalo Cedeño por su parte siguió hacia Cabruta, donde consiguió trabajo como ayudante en un barco que viajaba entre Cabruta y Puerto Ayacucho.
En el libro Mis Luchas, cuyo autor es el general Emilio Arévalo Cedeño, no hay referencia a este acontecimiento.
En otro orden de ideas, en el libro: “Reseñas históricas de Espino y Parmana” de mí autoría, expongo:
“No es de extrañar que durante la Guerra Nacional de Independencia (1811-1821) se haya producido algún tipo de acción bélica en jurisdicción de La Peña, entre las fuerzas patriotas y realistas, puesto que el Puerto de Parmana jugó un importante papel estratégico a favor de las tropas patriotas, porque sirvió de lugar de desembarque y abastecimiento de las fuerzas aliadas acantonadas en Guayana. Así está recogido en la correspondencia del general Antonio José de Sucre del año 1819 y en el Archivo del Libertador, Sección O’Leary, (1981), como valoración de la adhesión a la causa patriota de Parmana y sus sitios aledaños, y de su contribución a la gesta independentista”.

Para sustentar lo expuesto, se transcriben dos correspondencias que le remite el general Antonio José De Sucre al general Carlos Soublette.
Santa Cruz, a 16 de diciembre de 1819
Señor general Carlos Soublette.
Mí querido Carlos:
En la mitad del camino de San Juan a Achaguas encontré al general que me hizo regresar con él a Angostura. Me hizo estar allí un día y al siguiente me vuelve para Apure para que se prevengan víveres allí y en el tránsito para las tropas y le haga bajar toda la escuadrilla y cuantos buques encuentre, a Parmana unos y aquí otros.
Yo voy muy de prisa y bajaré de prisa por el Arauca y por tanto te escribiré y te hablaré en el río donde nos veremos muy pronto. Tu familia quedo buena: te abrazo y soy tuyo siempre.
ANTONIO J. DE SUCRE

Santa Cruz, 17 diciembre de 1819
Al benemérito señor general Carlos Soublette.
Señor general:
Para el mantenimiento de las tropas que V.S. conduce, he contratado con el comandante de este punto cien pesos de cazabe y algún dulce, y con el señor coronel Torres en Moitaco la adquisición de otros ciento. Yo sigo hoy para arriba y en todos los pueblos procuraré que se acopie pan cuanto se pueda, y de Parmana bajará toda la carne salada que haya. Cuantos buques encuentre en el tránsito los mandaré a este comandante, que los tendrá a las órdenes de V.S., además de los que vienen de Angostura.
Para el pagamento de pan, viene un oficial o comisionado a comprar cuanto se encuentre, que o lo pagará inmediatamente o se satisfarán por los recibos que V.S. mande dar.
Dios guarde a V.S. muchos años.
El general de brigada.
A. J. DE SUCRE

Como se puede apreciar, en las dos correspondencias queda muy clara la importancia estratégica de Parmana y su puerto, no sólo para el transito sin contratiempo de las embarcaciones patriotas, sino también para desembarcar y aprovisionarse de carne salada y otros víveres que se requerían para alimentar las tropas acantonadas en Guayana en el año 1819, después de la Campaña del Centro.
En ese sentido, antes de 1819, en opinión de J. A De Armas Chitty, (1961), “…Cuando la Guerra de Independencia invade el llano, varios Ledézma [de Espino, Parmana y otros sitios de la jurisdicción] acompañaron al general Pedro Zaraza a sostener la resistencia republicana entre 1814 y 1818”.

REFERENCIAS
Bibliográficas:

ARÉVALO CEDEÑO, Emilio. (1979): Viva Emilio Arévalo Cedeño! (El Libro de mis luchas), Autobiografía. Prólogo de José Antonio Armas Chitty. Caracas: Publicaciones Seleven, CA.

DE ARMAS CHITTY, J. A. (1961): Tucupido. Formación de un pueblo llanero. Caracas: UCV. Facultad de Antropología e Historia. Facultad de Humanidades y Educación.

DE SUCRE, Antonio José, (1981): De mi propia mano. Caracas: Biblioteca Ayacucho. (Selección y prólogo de J. L. Salcedo Bastardo). Archivo del Libertador. Sección O’Leary.

FUNDACIÓN POLAR. (1988): Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas. Segunda Edición. Editorial Libris.

HERNÁNDEZ G. Felipe. (2009): Reseñas históricas de Espino y Parmana. (Crónicas y Apostillas). Maracay: Imprenta Aragua. Fundación Editorial El Perro y La Rana. (En imprenta).

Testimonios y/o referencias:

- CRUZ ARZOLA MATOS (Productor agropecuario de 83 años, hijo de don Juan José Arzola, y dueño de finca en el sitio).

- GREGORIO “GOYO” JASPE GONZÁLEZ. (Habitante de la comunidad de La Peña; productor agropecuario, sobrino de Antonio José Moya Hernández “Moyita”, quien desde niño conoce la historia porque se la contaba su tío).

- JOSÉ VALENTÍN HERNÁNDEZ GONZÁLEZ. (Conocedor de la zona, con fundos ganaderos en la jurisdicción y entrevistador de los informantes).

- RAMÓN “CHIQUITO” ÁLVAREZ. (Habitante de la comunidad de La Peña, quien informó que el testimonio es completamente cierto, desde niño conoce el relato, el cual ha sido trasmitido oralmente de generación en generación entre los habitantes del sitio).

En la ciudad de Valle de la Pascua, a los 13 días del mes de marzo de 2010.

lunes, 8 de marzo de 2010

Rastreando nuestras raíces históricas: ¡APARECIÓ EL MASPARRO!

Argenis Méndez Echenique

La actual sequía no sólo ha traído preocupación por la disponibilidad de agua y energía eléctrica, sino que inesperadamente ha tomado vigencia “El Masparro”. Esta nave naufragó la madrugada del día 16 de Julio de 1914, en el sector de La Lagunota, en el río Apure, donde pernoctaba, a consecuencia de un fuerte vendaval que zarandeó la embarcación como si fuese un barco de papel. En su momento fue noticia de primera página en diarios regionales y nacionales, como Letras, de San Fernando, El Universal, de Caracas, y El Impulso, de Barquisimeto. Entre los primeros en enterarse del naufragio, a través del telégrafo, estuvo Juan Vicente Gómez, que estaba dando sus primeros pasos para afianzarse en el poder y quería controlar el país. Luego vinieron leyendas, mitos, refranes, cuentos y novelas, cuyo tema ha sido el “Masparro”.

Todavía en la octava década del pasado siglo era motivo de atención para los estudiosos e intelectuales regionales, entre los que se contaron a Don Felipe Martínez Veloz, la Dra. Ruth Snackenberg de Rodríguez, que escribió una novela, Oldman Botello, Cronista de la Ciudad de Maracay, y el autor del presente escrito, que lo reseña en su libro Trazos para una Cronología Histórica de Apure (1983). El “Masparro” nunca estuvo perdido. Siempre se supo del lugar donde se encontraba encallado. Si no lo creen, pregunten en Apurito y Santa Lucía.

El Vapor “Masparro” (1910)

Pero la expectativa de hoy es tal que ha generado una corriente de gente curiosa e interesada en conocer nuestra pequeña historia, tanto de Apure como de Barinas, hacia el lugar donde ha sido localizado el barco, lo que ha generado allí la instalación de tarantines para vender bebidas y comidas. Esto determinó que las Secretarías de Cultura y de Prensa del Ejecutivo Regional, Apure TV, las televisoras nacionales VTV y Venevisión organizasen una visita al lugar este pasado domingo 28 de Febrero, para informar a toda la comunidad apureña sobre lo acontecido. Ya han salido informaciones al respecto por la prensa regional.

Por Cultura asistieron Argenis Méndez Echenique, historiador, y Pedro H. Sánchez Archila, carpintero de ribera. Por los medios de comunicación estuvieron presentes las periodistas Luzmila Bolívar y Daniela Moreno, fotógrafos y camarógrafos. Allí se conversó con gente de las comunidades cercanas, como don Santiago Vicente Landaeta, de edad nonagenaria y nativo de Achaguas, don Juan Pérez, nativo de Apurito e investigador de la historia del pueblo, y con la familia Utrera (Luis y Nancy), de la comunidad de Santa Lucía, entre otros.

Los restos del “Masparro” se localizan semienterrados en la arena de un barranco del río Apure, a 7º59’56,52” de latitud norte y 63º0’39,25” de longitud oeste, a poca distancia del fundo de un señor Brígido, al este de Santa Lucía, en el llamado “Cañón de La Lagunota”, donde se forma un remolino, a unos 90 kilómetros de San Fernando.

Historia del Masparro. El “Masparro” era un barco con un motor a vapor y de chapaletas, con casco de hierro, una capacidad de 33 toneladas y pertenecía a la Flota del Orinoco de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación (CAVN). Había comenzado a navegar por el Orinoco y sus afluentes en la última década del siglo XIX, bajo la responsabilidad de la Compañía de Vapor del Orinoco, de la Compañía Estrella Roja y de la Compañía Anónima Fluvial y Costanera de Venezuela. La CAVN se constituyó en 1911, teniendo como principal accionista al general Gómez.

En los primeros días del mes de Junio de 1914, el “Masparro” había sido capturado por un grupo de oficiales y soldados enviados en comisión a El Yagual (ante una eventual invasión desde Colombia por parte del general Alfredo Franco), que se insubordinó contra Gómez, capitaneado por el entonces coronel Pedro Pérez Delgado, “Maisanta”, e intentaron tomar a San Fernando; luego se dirigieron Nutrias, a la que controlaron algunos días y ante la imposibilidad de sostenerse allí abandonaron el buque, después de quitarle las chapaletas, que luego fue remolcado el día 14 de Junio por el vapor “Apure”, llegado con tropas del general José Ignacio Briceño, y llevado a San Fernando para su reparación.

La primera salida que hace este buque, después de su remozamiento, se da el día 15 de Julio. Pero, en la madrugada del 16, Día de la Virgen del Carmen, a consecuencias de un fuerte vendaval, naufraga en el río Apure, en las cercanías de la población de Apurito, conduciendo un pelotón del Ejército del Gobierno Nacional, que iba al Alto Apure a combatir un alzamiento armado en Guasdualito (La Periquera), y algunos pasajeros, para un total de 72 personas a bordo. El capitán del barco era Nicolás Subero, llevando como práctico (guía) a Juan Antonio Arrieta. El barco quedó volcado totalmente.

El comandante de la tropa militar era el General Ramón Garrido, aragüeño, ex - comandante del Batallón “Guaicaipuro”, del Ejército Nacional, acantonado en San Fernando, y con sobrada experiencia en la lucha de pacificación decretada por el General Gómez para Apure, acompañado de algunos oficiales, entre los que se contaba al General Ignacio Quintana (ex - Presidente del Estado Apure), Coronel Benjamín Olivieri (recién posicionado el día 14 como Comandante del Batallón “Guaicaipuro”, en San Fernando), Coronel Juvenal Colmenares (Segundo Comandante del “Guaicaipuro) y Coronel Enrique Pocaterra, más 30 soldados de tropa; los pasajeros civiles eran Tomás Márquez, Luis Trejo Esté (hijo de la ilustre educadora apureña Clarisa Esté de Trejo y nativo de San Fernando), Arturo Sanz y Francisco Lara. Perecieron ahogados 26 personas, entre las cuales se contaron siete tripulantes de la nave y al General Garrido.

Al conocerse la noticia del desastre, desde San Fernando fue enviado en su auxilio el vapor “Apure” y desde Nutrias salió el “Alianza”. Pese a todos los esfuerzos realizados, no se logró rescatar todos los cadáveres, entre ellos el del general Garrido. Las autoridades gubernamentales de Apure enviaron al vapor “Boyacá”, que zarpó de San Fernando hacia Lagunota, “para recuperar los diversos valores que iban en el barco, logrando en parte su propósito”.

Los restos del “Masparro” hoy día (28/02/2010)

Más tarde se hicieron varios intentos para rescatar la maquinaria del vapor, “que estaba reputada como buena y potente”, sin lograr ningún éxito. Luis Roncayolo, ligado a la empresa naviera propietaria, cuenta que el 2 de Enero de 1917 él, acompañado del Director de la Compañía, se trasladó en el “Arauca” al lugar del accidente para hacer el último intento, pero hubo que desistir del rescate de los motores “por considerarlo inútil y costoso”.

Considerando que el “Masparro” es una reliquia histórica y patrimonio cultural de Apure, se espera la intervención oficial para crear un Museo Fluvial con los restos de la embarcación y que sea tomado como símbolo del Proyecto Fluvial Eje Apure – Orinoco. En su momento, este barco fue vehículo de progreso para el Llano, facilitando el transporte de pasajeros y mercancías desde diferentes partes de la república. Además, el mismo está ligado a la historia de luchas y peripecias del legendario “Maisanta”, Pedro Pérez Delgado, contra la tiranía gomecista. Se requiere que la Policía o las Fuerzas Armadas custodien el lugar para evitar el total desmantelamiento de los restos del barco; pues, algunas personas desprenden pedazos de metal de la vieja estructura para guardarlo de recuerdo.

Naufragó en temporal en julio de 1914: RESUCITÓ EL VAPOR MASPARRO POR LA SEQUÍA EN EL RÍO APURE

Oldman Botello.


(.) En el naufragio en el Apure a 50 kilómetros de Achaguas murieron 26 personas entre ellos una veintena de soldados comandados por el general turmereño Ramón Garrido hijo


El último mensaje del general Ramón Garrido hijo, al general Juan Vicente Gómez, su futuro compadre, el 15 de julio a las once de la mañana, expresa: “Salgo hoy con el coronel Olivieri para Nutrias y Periquera (Guasdualito) a entregar Guarnición de dichos puntos”.

Se trataba de llevar personal de reemplazo a los pueblos del Alto Apure donde un mes antes habían disuelto tras incesante persecución a las fuerzas del general Pedro Pérez Delgado, Maisanta y las del coronel Ojeda, En junio de 1914 Maisanta, que era oficial del Gobierno, cambió la seña y se llevó el vapor Masparro hasta Puerto Nutrias, pueblo que asaltó, pero al llegar fuerzas oficialistas, debió abandonar la lucha y repasó la frontera con Colombia.


El barco semienterrado en la arena, en la orilla del Apure que está seco, en Lagunota


Todo esto viene a cuento por la conmoción existente en Apure, especialmente en Achaguas, porque la retirada de las aguas del río Apure, la tremenda sequía que padece, hizo reaparecer por primera vez, en 95 años, los restos del vapor de chapaletas Masparro, que se hundió tras una inesperada tempestad con vientos huracanados, a las 2 de la mañana del 16 de julio de 1914 cuando llevaba tropas al Alto Apure, al mando del coronel Ramón Garrido. En el naufragio perecieron 29 personas, se rescataron sólo siete cuerpos sepultados allí en las orillas del río y se salvaron unos pocos entre ellos el expresidente de Apure general Ignacio Quintana y el coronel Benjamín Olivieri, el Catire Olivieri, tachirense, que fue de los que vino con el general Castro en 1899 y luego eterno jefe civil de La Victoria hasta la muerte del general Gómez.


El Masparro


El steam-boat “Masparro” o vapor de chapaletas fue construido por la empresa norteamericana Mathison U. S. of Columbia y fue botado al agua en 1891, año en que comenzó a prestar servicios en comercio de cabotaje, fundamentalmente entre los ríos Orinoco, Arauca, Meta y ríos menores. Desplazaba 20 toneladas y una velocidad de 10 millas. No era propiamente un barco grande, sino un steam-boat, con un cuerpo superior o toldilla. Una nave de desplazamiento ligero, apropiada para conducir fuerzas militares en breve tiempo. De hecho, llevaba 7 tripulantes encabezados por Juan Antonio Arrieta, el práctico barinés, más una treintena de soldados de reemplazo, casi todos aragüeños al mando del coronel Garrido y algunos guariqueños y orientales que permanecían reclutados en San Fernando, en el batallón Guaicaipuro al mando del coronel Benjamín Olivieri.


El autor del presente reportaje sobre el barco, sujetando uno de las barras de dirección del barco. Detrás, el dispositivo donde se emplazaban las chapaletas.


Las campaña del Alto Apure


Las órdenes terminantes del general Gómez fueron que el general Garrido saliera en el Masparro, buque de la Compañía Venezolana de Navegación que el Gobierno arrendaba para esos traslados de fuerzas y armamento. El mes anterior lo habían pasado las fuerzas de Apure combatiendo al general Pedro Pérez Delgado que se había llevado el mismo vapor Masparro hasta Nutrias, pueblo que atacó pero fue disuelta su guerrilla finalizando el mes. Había que reemplazar el personal y esa tarea se le encomendó al general José Ignacio Briceño quien cuando fue a subir al barco se echó para atrás porque habían subido a un mono y dijo: “Yo no viajo con monos, esos bichos son pavosos” y eso le salvó la vida. Designaron a Garrido y el destino lo tenía marcado.


El temporal a media noche


A las 6 de la mañana del 15 de julio de 1914 partieron de San Fernando y el coronel Olivieri dejó encargado de la Guarnición al coronel Silvestre Castellanos. Todo transcurrió sin novedad en el viaje. Hicieron noche en el sitio de Lagunota, banda sur del río Apure, al noreste de Achaguas, unos cincuenta kilómetros de dicho pueblo.

Cuando todos dormían, cerca de la media noche se desató una tempestad con vientos rachados que hicieron soltar las amarras del barco. Quienes estaban a la intemperie abordaron rápidamente para no mojarse y todos se fueron a la banda que daba al río y el desbalance aunado a la carga que llevaban y el fuerte viento, hizo que el barco se fuera de lado y quedó con la cubierta hacia abajo no dando tiempo a nadie de saltar salvo unos pocos. Fueron aplastados por el Masparro que los arrastró en su naufragio.

Algunos lograron ganar la orilla. El general Ignacio Quintana., llanero bellaco, veterano de mil batallas, desde San Fernando, el 18 de julio a las dos de la tarde narra lo ocurrido en telegrama al general Gómez “todavía bajo la dolorosa impresión de la catástrofe en que providencialmente salvé la vida: “Sería la media noche cuando repentinamente se desencadenó en aquel lugar una violenta y huracanada tempestad que impulsó con furia el barco, rompió las amarras y lo volteó completamente. La sorpresa, la rapidez de la catástrofe y la oscuridad que nos rodeaba, hicieron más terribles aquellos momentos en que sólo se oía el grito de angustia del que se hundía, el aviso del que imploraba socorro y el llamamiento al del amigo que ganó la orilla.”

Los sobrevivientes fueron el general Ignacio Quintana, el coronel Benjamín Olivieri, Tomás Márquez, El Sute; Pocaterra, Marcos Martínez, Martín Domínguez, José Valero, Francisco Lara, cabo Wenceslao Rojas, Pedro Pablo González, asistente del general Garrido y Policarpo Canelón, de Aragua de Barcelona. Los fallecidos del ejército fueron: general Ramón Garrido, coronel Juvenal Colmenares, segundo jefe del batallón Guaicaipuro, coronel Arturo Sanz o Sáenz, capitán Alfredo Dávila, tenientes Pablo Emilio Sánchez, José Ramón Hernández, Sabino Colmenares, el joven subteniente Enrique Pérez Castro, de Maracay, ayudante del general Garrido (ascendiente del dirigente político Enrique Pérez Díaz y de la periodista Nitu Pérez Osuna y sobrino político del compositor Sebastián Díaz Peña); teniente Pedro Ferrigni, sargento de segunda Ismael Monasterios, distinguido Carlos Coronel, Sabás Franco, y los soldados Rufo Acosta, Ángel Padrón, Carlos Mendoza, Soledad Roquera (o Requena) y Rufo Guarepe, oriental. Los tripulantes Felipe Gómez, José Delgado, Federico Garrido, Luís Eduardo Carpio, Rosalino Cegarra y Pedro Montaña, más un muchacho conocido sólo como José. Fueron rescatados los cuerpos del coronel Juvenal Colmenares, José Ramón Hernández, Pablo Emilio Sánchez, un soldado y dos marineros de la tripulación, que fueron sepultados bajo la sombra de los cujíes del lugar, bastante inundado por la temporada invernal.


Gral. Ramón Garrido hijo


La noticia la supo el general Gómez el día siguiente, el 17 de julio a las 2 de la tarde por telegrama reenviado por el operario Acosta, desde la oficina de Camaguán, pues una tempestad que también afecto a San Fernando, tumbó la línea telegráfica. Firmaron el informe el presidente del estado Dr. José Rafael Núñez y el secretario general Dr. A. Acosta Medina. El general Gómez envió sus condolencias al padre del general Garrido y a la inconsolable viuda doña Agustina Obregón de Garrido a cuyo cargo quedaron seis niños huérfanos de padre: Leonidas, Bertha, Luís, Héctor, Horacio y Raúl Garrido Obregón. Al morir el coronel Garrido contaba con 44 años de edad y un brillante porvenir. El general Gómez, su amigo personal, le había ofrecido un hijo para bautizarlo, según es tradición en la familia, pero no se concretó por su repentino fallecimiento. A las tres de la tarde llegó otro telegrama de telegrafista Acosta al Director de Telégrafos en Caracas, general Anzola quien lo remitió al general Gómez.


¿Fue una brujería?


Una conseja o tradición recorre Achaguas y Apurito. Se dice que cuando las fuerzas militares desembarcaron, hallaron en las cercanías una troje donde al parecer se practicaban ciertos ritos de seudoreligión o magia negra. Alguien dio orden de quemar todo aquello y la que llamaríamos la sacerdotisa supuestamente habrían lanzado un maleficio que fue el que causó el temporal precisamente desencadenado a las 12 de la noche y que hundió el barco a las 2 de la mañana aproximadamente. Eso lo cuentan allá y todo queda en el misterio.



El vapor Masparro, en el puerto de Ciudad Bolìvar a comienzos del siglo XX


El río seco exhumó el Masparro


La sequía afectó al río Apure. En Lagunota, donde se miden 365 metros de orilla a orilla, desde Apure a Barinas, el río apenas presenta actualmente unos metros de agua.

Enfrente, en la orilla barinesa está el fundo del ingeniero civil Esteban Mayol, Santa Elena de Crecencia. La sequía permitió que el barco emergiera. Allí está, aún boca abajo, lleno de arena, de sedimento, sólo queda al aire parte de la plataforma inferior, dos de las barras de dirección, los ejes que impulsaban las chapaletas, el acero donde se incrustaban estas chapaletas de madera de la cual sólo quedan fragmentos. Es curioso que parte de la quilla del barco está bajo la orilla, lo que quiere decir, que esa orilla cuando el barco naufragó estaba más retirada hacia el sur y el río fue sedimentando el área, ocultando unos tres metros del barco. Debajo están esqueletos, armas, espadas, municiones y la mercancía que pudiera conservarse en 95 años del naufragio.

Las autoridades municipales de Achaguas están interesadas en el rescate del barco aunque aún no hay un proyecto sobre lo que harán. Lo que si es cierto es la sorpresa que causó la aparición del barco después de casi un siglo. En julio serán los 96 años del hundimiento. Rescatarlo, llevarlo a la orilla, será un incentivo turístico más para Achaguas acondicionando la carretera de tierra que conduce hasta la orilla del río que es infernal. Por otra parte, deben rescatarse los restos humanos que están allí y darles cristiana sepultura.

El autor quiere manifestar su agradecimiento al concejal y ex-Presidente del Concejo de Achaguas don Pedro Nieves, al cronista de Achaguas profesor Elisur Lares y al profesor Antonio Breto Peña, vecino de Achaguas por la colaboración prestada para llegar hasta el sitio del acontecimiento.

lunes, 16 de noviembre de 2009

UN ADIOS A IRMA MARINA

Felipe Hernández G.


Cuando muy temprano en la mañana del miércoles 11, los amigos Egilda Rangel Porras, primero y Arturo Álvarez D’Armas después, me enteraron de la muerte de Irma Mendoza, lo primero que acudió a mi memoria fue la confesión de San Agustín: “Como es la vida, así es la muerte”. Porque Irma Mendoza murió como vivió ¡luchando! ¡Soñando!. Ya lo dijo el poeta Virgilio, El sueño es hermano de la muerte”. Es miércoles 11 de noviembre de 2009, horas antes, a la 1 y 45 minutos de la madrugada, en el Hospital Clínico Universitario de Caracas, después de una tenaz batalla por la vida, se nos fue Irma Marina, como le gustaba que le llamasen. Educadora por vocación y convicción e historiadora de profesión y oficio de acrisolados quilates.

Ante el dolor que produce la partida, escribió Baudelaire, que “el tiempo devora la vida”, y afloran los recuerdos de lo que se ha vivido. En esta infausta hora, cuando la tristeza por la amiga ida nos asola, solo recordar parte de su trayectoria vital para la posteridad, alienta. Así, recordamos que a Irma la conocimos en el año 1986, cuando se desempeñaba como presidenta de la Junta Calificadora Nacional del Ministerio de Educación. Desde entonces comenzamos a tratarnos y se inició una larga y fructífera amistad, que se prolongó en el tiempo y se acrecentó en el afecto.

Nos encontramos nuevamente en los pasillos y en las aulas del Centro de Altos Estudios Alejandro de Humboldt de la Universidad Santa María en Caracas, donde realizamos el doctorado en Historia, que condujo sabiamente la mano y el pensamiento del eminente historiador y gran venezolano que fue el doctor Federico Brito Figueroa, y otros preclaros maestros como Alfonso Rumazo González, Manuel Pérez Vila, Pedro Felipe Ledezma, Juan Bautista Fuenmayor, Ramón A. Tovar, Nikita Harwich Vallenilla, Ramón Lozada Aldana, Reinaldo Rojas, Raiza Vivas de Daza, Carmen Saín de Gutiérrez, y otros. Ahí se consolidó la amistad, y a ella se sumaron amistades comunes como la de Miriam Meza de Borges, María Egilda Rangel Porras, José Marcial Ramos Guedez, Manuel Carrero, Nidia Cárdenas, José María Surga, Blanca Sánchez Blasco, Elsa Barrios Romero, Damelis Yegüez, Elis Freitas, Lucila Lista, Blanca Montoro, Emma Martínez, Cecilia Vivas, Diógenes Molina, y muchos más.

Volvimos a encontrarnos cuando ocupó la Secretaría de Educación y Cultura del estado Guárico en el año 1999, durante la primera gestión como gobernador de Eduardo Manuitt Carpio, la conseguimos haciendo equipo con la profesora Belkys Figuera Carpio. De ahí, por solicitud del para entonces rector, doctor Federico Brito Figueroa, pasó a la Universidad Rómulo Gallegos, como profesora de Postgrado en la maestría en Historia, donde junto con el doctor Elis Mercado, formó un gran equipo que permitió abrir y consolidar las maestrías en Historia en San Juan de los Morros, Valle de la Pascua y Altagracia de Orituco. Por expresa solicitud suya, formamos parte de ese equipo; fue y ha sido arduo el trabajo; de ahí han egresado un significativo número de postgraduados en Historia, profesionales guariqueños que son, en buena medida, hechura de Irma.

Téngase entre ellos, en San Juan de los Morros, a: Jeroh Juan Montilla, Mayerling Colmenares, Adriana De Abreu, Gledys Da’ Silva, Aura Marina Betancourt, Pablo Pérez, Aura Gómez, Oneida Martínez, y otros. En Ortiz: José Obswaldo Pérez Ascanio. En Calabozo: Ubaldo Ruiz y Eduardo López Sandoval. En Valle de la Pascua: Mélida Loreto de Díaz, Rosa María Álvarez, Carmen Diamora García, Antonio Campos, Maritza Márquez, y Yusdalis Celis. En Las Mercedes del Llano: Sorángel Ruiz Castro, Orietta Ortiz Mendoza y Xiomara Romero Abas. En Zaraza: Marlin Acosta y Lisbeth Rondón Rengifo. En Tucupido: Yamira González. En Altagracia de Orituco: María Luna. En El Socorro: Nervis Carpio. En Santa María de Ipire: María Mercedes Sarmiento Márquez; y en San José de Tiznados: Mariali Gondelles Bolívar.

Fue largo el surco de semillas sembradas por Irma en el Guárico, muchas de ellas florecientes y dando frutos, otras por florecer. A muchas nos tocará encausarlas para que germinen sus trabajos finales de grado. Ella hizo lo suyo. Era su sueño.

El auditorium y la Casona Universitaria, son mudos testigos de los pasos de Irma Mendoza, de las sesudas asesorías y de las importantes investigaciones historiográficas sobre el Guárico todo, que de ahí salieron, todas asesoradas por ella.

No sólo como profesora del Postgrado en Historia dictó cátedra Irma. Aquí en Guárico también lo hizo como investigadora, ponente y conferencista en encuentros, congresos, seminarios, conversatorios, coloquios y jornadas llevados a cabo en nuestra entidad. Muchas veces la acompañamos, en otras coincidimos, y a otras envió su ponencia para que la leyeran. Así, siempre nos alentó y nos acompañó en todos los Encuentros de Historiadores y Cronistas Guariqueños realizados en Valle de la Pascua, no faltó a ninguno. Pero también la vimos en Calabozo, en Camaguán, en San Juan de los Morros, en San Sebastián de los Reyes, en Chaguaramas, en Las Mercedes del Llano, en Ortiz. Ahí quedan sus ponencias. Investigaciones realizadas con gran rigurosidad, donde observamos un particular conocimiento y una especial maestría en el uso metodológico de la ciencia de la historia, aplicando las categorías de totalidad y lo interdisciplinario en la goehistoria guariqueña. Fundamentaciones hechas con información y documentos de fuentes de primera mano, obtenidas en el Archivo Arquidiocesano de Caracas, el Archivo General de la Nación, la Academia Nacional de la Historia, el Registro Principal del estado Guárico y de sus municipios, entre otros.

De ahí salió su ensayo "Presencia de la mano de obra esclava de origen africano en el Guárico colonial. Siglo XVIII", publicado en: Resonancias de la Africanidad. Libro escrito a cuatro manos con Marcial Ramos Guédez, Marisa Vannini de Gerulewicz y Jesús García, y publicado por el Fondo Editorial del IPASME, en el año 2005.También en la prensa regional dejó su impronta, son muchos los ensayos, crónicas y artículos publicados en los diarios El Nacionalista, La Prensa del Llano, La Antena, y en otras publicaciones regionales.

Considero que Irma Mendoza y Arturo Álvarez de D’ Armas, cada uno por su lado, son pioneros de los estudios sobre la negritud y la africanidad en el Guárico, cuando nadie hablaba de la presencia esclava en estos confines, levantaron ellos su voz y comenzaron a escribir.

Está vivo en nuestro recuerdo el homenaje que en su honor organizaron Arturo Álvarez D’ Armas y Jeroh Juan Montilla, fue en el Teatro de Bolsillo de la Casa Artesanal, en la calle Róscio de San Juan de los Morros, el día viernes 11 de julio de 2008. Le correspondió el honor de leer el discurso de orden, al doctor José Marcial Ramos Guédez, un discurso sentido, como solo puede hacerlo un amigo, conocedor de la vida y la trayectoria académica y profesional de la homenajeada, todo un maestro. Y de moderador fungió Jeroh Montilla. Todavía retumba en mis oídos, la voz grave, como de trueno del doctor Argenis Ranuarez Angarita, “¡Aquí estoy Irma Marina! Vengo a rendirte homenaje…”, sencillamente magistral. Adolfo Rodríguez, presentó una hermosísima semblanza que tituló: Irma Mendoza: Una emoción al servicio de la Historiografía Llanera. Edgardo Malaspina, al final de sus palabras, en un gesto de caballerosidad, le entregó un hermoso ramo de flores. También estuvimos y hablamos: Oldman Botello, Miriam Meza de Borges, Ubaldo Ruiz, Oneida Martínez, y Fabiola Bolívar. En mi ponencia, además de un exordio sobre la dimensión humana e intelectual de Irma Mendoza, leí una semblanza biográfica sobre monseñor Rafael Chacín Soto, en razón que ella siempre me manifestó su interés como investigadora por este polifacético sacerdote, de quien decía, “se había escrito y estudiado poco”, especialmente sobre su personalidad y su obra, así como sus aportes a Valle de la Pascua y al Guárico. Consideraba que era una tarea pendiente. Del Padre Chacín después volvimos a hablar muchas veces, dado su interés porque se conmemorara su centenario en el año 2010. En líneas generales, el homenaje fue un acto sencillo, ameno, como en familia, muy sentido. Homenaje en vida, como debe ser.

El amor de Irma por el Guárico fue infinito, desde el año 1999 aquí se aquerenció, casi toda su acción investigativa en el campo de la historia la encausó hacia la Historia Regional y Local del Guárico. Como paleógrafa oficial en el Archivo General de la Nación, fueron muchos los guariqueños que acudieron a ella, para reconstruir cadenas titulativas de la propiedad territorial en esta entidad, a quien pudo ayudar, lo ayudo, con tesón, con desprendimiento, sin otro interés distinto al de servir. Así fue su vida.

Hoy ha arribado al puerto de todos los dolores, como católica y fiel devota de la Virgen del Carmen, acude a su cita con el Creador, nos queda su accionar de docente e historiadora comprometida y militante, traducido en el importante legado, que lo constituyen su ejemplo, sus enseñanzas, su obra, que perdurarán en el recuerdo de quienes fuimos sus amigos, sus compañeros de sueños y esperanzas, de quienes fueron sus alumnos, y de todos aquellos que la irán conociendo a través de su obra escrita legada a la posteridad. Quizás sin saberlo, Irma hizo de la vida un combate, y se enfrentó a ella con amor, que es es el arma más poderosa, según el decir de Aldous Huxley. Eterna paz.

En Valle de La Pascua, a los 11 días del mes de noviembre del año 2009.


Nota del Administrador del Blog: La fotografía que ilustra este artículo del profesor Felipe Hernádez nos fue suministrada por Ollantay José Castillo y Mendoza, hermano de la profesora Irma Mendoza, el cual está actualmente residenciado en España