martes, 21 de julio de 2009

La universidad venezolana, desarrollo humano como norte*

"La academia y la equidad social como enfoques imperecederos de la docencia universitaria en Venezuela"


Andrés Esteban Scott Peña
Profesor de la Facultad de Ciencias.Económicas de la UNERG
Andresscott13@hotmail.com


Desde sus orígenes la universidad ha sido un punto de referencia del desarrollo de los pueblos, no solo en el plano tecnológico y científico, sino que profundiza mucho mas allá y asume la contextualizacion de ideas y enfoques de desbordan de un mero proceso científico hacia un estudio profundo y sistémico de las ciencias sociales. Es la universidad quien toma en profundidad la esencia del ser, asume al individuo, como parte integrante de ese hermoso collage, de esa agraciada policromía humana llamada sociedad.
La universidad como factor de desarrollo social y académico de los pueblos influye profundamente en su idiosincrasia y considerablemente se inserta en sus patrones socioculturales de un colectivo, determinando a ciencia cierta sus derroteros y en fin su destino. Es por ello que se debe fomentar en las instituciones de educación superior tanto el estudio y discusión de problemas críticos del desarrollo nacional, como la elaboración de propuestas que promuevan la participación activa de estas instituciones en la solución de tales problemas.
En Venezuela la universidad ha sido muchas veces marginada de los procesos de desarrollo social, económico y político. Lo cual desde siempre ha generado una actitud extremadamente critica desde este sector, constituyéndose en punto de disidencia que asume la lucha por un patrón de desarrollo social más justo, de mayor equidad y que ofrezca sus bondades de forma igualitaria a todos y cada uno de los que compartimos nuestro digno gentilicio. Asimismo es imprescindible impulsar la regionalización de las instituciones de Educación Superior como una política que facilite su gobernabilidad y la integración plena con su medio socio geográfico
Es en ese preciso momento donde la docencia universitaria juega un papel fundamental y de amplio rango estratégico en la conformación de un modelo integral de sociedad y en el establecimiento de una visión de futuro, que necesariamente nos incluya a todos y que garantice una equidad en la dotación de herramientas e instrumentos indispensables para lograr el desarrollo de cada habitante, mejorando así el nivel socioeconómico de los núcleos familiares de la nación y por ende de la republica toda. Es por ello que se debe auspiciar y apoyar en forma irrestricta la ejecución de proyectos orientados a la creación de nuevos sentidos que faciliten la permanente construcción de una cultura democrática y su ejercicio en la vida cotidiana de ciudadanos y comunidades.
El desarrollo de acciones tendientes al fortalecimiento académico y valoración social de las carreras técnicas y tecnológicas como valor estratégico en el desarrollo nacional y como alternativa de ampliación y diversificación de la oferta educativa luce vital a la hora de maximizar el impacto social en nuestra nación en un primer orden y en forma integral en todo nuestro continente. Allí la docencia universitaria se convierte en la máxima estrategia, en el instrumento vital para desarrollarnos no solo en el ámbito socioeconómico sino también la formación de patrones idiosincrásicos que a la postre sirvan de base en este nuevo modelo social que asuma la preeminencia del humanismo, del hombre como principio y fin, alfa y omega, de todas las acciones civilizadas.
En nuestro marco jurídico establecido en la Ley de Universidades se le plantea como una institución al servicio de los altos intereses de la Republica y que busca, ante todo, el establecimiento de la verdad. Imagine usted tan excelso fin, tan magnánima responsabilidad. Esa verdad se encuentra subsumida en las entrañas sociales de nuestras comunidades, en el ámbito rural, campesino, indígena y urbano. Se ve reflejado en la mirada, en el actuar y el pensar de todos y cuanto conformamos este conjugación de tierra, mar y cielo llamado Venezuela.


*Artículo de opinión publicado en el diario “El Nacionalista” de San Juan de los Morros

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