Son más de diez años los montajes de este performance, del que Clara dice: "Estoy muy contenta con ese trabajo, siempre cambia un poquito la música, y a la gente le gusta mucho porque conocen un personaje por dentro y por fuera, y les llama la atención la vida de alguien como Teresa Carreño, ella tenía una personalidad y ese talentazo, además de todas las cosas malas, porque así como triunfó, pasó unas penurias grandísimas y a la gente le gusta mucho oír eso. Es un espectáculo muy venezolano".
“Liszt en enaguas” fue presentado, además en el Purcell Room, South Bank de Londres y el Burgh House de Hampstead.
Y entre los comentarios que ha motivado, Irving Wardle, The Times / EL INDEPENDIENTE: ”Una asociación maravillosa, con ese repertorio abrasador de una pianista muy romántica, Clara Rodríguez, equilibrado por el enfoque fresco de Karin Fernald: narrar la vida de modo de no sólo conocer los hechos, sino sentir la sensación de ver el lado divertido de la tormenta. El aire fresco que sopla a través del invernadero”.
En tanto que Reino Unido Red de Teatros considera que “A través de una mezcla de palabras y la música de estas dos mujeres de gran talento nos lleva a descubrir la historia de la vida fascinante de Carreño. Mi atención se tomó desde el momento en que apareció en el escenario”.
La segunda vez en que oímos a Clara Angelina en Londres fue el 21 de mayo del presente año también en el Bolívar Hall con un repertorio venezolano-argentino con obras de Moleiro, Carreño, Miguel Astor, Francisco Pacheco, Teruel, Piazzola, Federico Ruiz, María Luisa Escobar, Simón Díaz, Juan Carlos Núñez, Ernesto Lecuona y Pedro Elías Gutiérrez. El público, de pie, al solicitar una ñapa, se zumbó por la nostalgia y propuso Alma Llanera de este último autor. Y Clara, con infaltable galantería, prosiguió deleitando al heterogéneo público latino-británico, con su vigorosa versión del llamado segundo himno venezolano.
Dedicada a la música académica de autores venezolanos, Clara cuenta que en Europa tienen cierto estereotipo con respecto a la música latinoamericana y se sorprenden al escuchar obras como la del destacado compositor guariqueño Moisés Moleiro. “Dicen que no parece música venezolana, y más venezolano que Moleiro no hay”, expresó.
Pese a la apertura que ha habido en el viejo continente con respecto a la música de este país gracias al éxito de la Orquesta Simón Bolívar y Gustavo Dudamel, considera Rodríguez que todavía hay mucho trabajo por hacer para que la crítica acepte con más apertura la música latinoamericana. “Al público europeo le encanta nuestra música pero luego los críticos tienen una especie de mentalidad colonialista: A ellos les confunde que la música venezolana sea tan europea a la vez con esa síncopa típica de aquí, pero que además sea tan fina”, comentó.
Nacida en Caracas, Clara Angelina realiza estudios en el Conservatorio Juan José Landaeta bajo la guía de Guiomar Narváez y se forma en el Royal College of Music de Londres con Phyllis Sellick.
Su encuentro con la obra de Teresa data de un concierto de Rosarito Marciano, siendo Clara una niña.
Aún no he precisado un probable parentesco suyo la famosa pianista, nieta de Rodríguez que residieron en el mismo pueblo de los antepasados de Clara, pero he aquí cómo el Royal College of Music de Londres, las une, dado que el tercer marido de Teresa, el pianista Eugene D'Albert, fue Académico de la reina en la Escuela Nacional de Capacitación para Music de Londres, posteriormente rebautizado como el Royal College of Music de 1876 a 1881. Y en l893 Carreño fue presentada en Berlín bajo la dirección de D'Albert.
Otros parientes de Clara, hijos de un corso, los hermanos José María y María Antonia Barberi Anato, tíos de Francisco Javier Rodríguez Barberi, abuelo de Clara, fueron notables músicos, siendo María Antonia, para Moisés Moleiro, una gran pianista.
La Carreño era precoz y Clara sigue sus pasos al ofrecer un concierto en público a los 13 años en el Ateneo de Caracas. Y obtiene, a los 17, una beca del Consejo Nacional de la Cultura para realizar estudios de pre y post grado en el mencionado Royal Collage, donde ahora es docente.
Ha ganado. Clara, numerosas distinciones y premios en la capital inglesa (incluyendo el premio Mozart y el Percy Buck Award) por sus excelentes interpretaciones pianísticas de compositores clásicos como Mozart, Manuel de Falla, Claude Debussy y Maurice Ravel.
Es una infatigable trabajadora. De manera tal que siempre tiene una apretada agenda, cumpliendo compromisos como concertista en Francia, España, Escocia, Inglaterra, Egipto, Túnez, Siria, India, Finlandia, Bélgica y Dinamarca, entre otros países. Ello con un repertorio extenso y variado, que la lleva del Barroco a lo contemporáneo, de lo clásico a lo folklórico, de lo universal al terruño venezolano.
La crítica la pondera como una de las más destacada pianistas de su continente. Un virtuosismo que complementa con labores sociales a beneficio de Amnistía Internacional, las víctimas de la tragedia de Vargas, Investigación del cáncer, etc. En 1993 funda el Festival de Música del Teatro San Martín de Caracas, que dirige durante seis años y el ensamble Alma Viva para difundir la música venezolana en Londres.
En 2003 fue invitada a tocar en honor a Teresa Carreño en el Salón de Honor de los Inválidos de Paris, el Bolívar Hall de Londres y dos veces en la sala Ríos Reyna del Complejo Teresa Carreño de Caracas. Una de estas por invitación del maestro José Antonio Abreu y el Instituto Universitario de Estudios Musicales con 15 piezas que le valieron ser invitada por la Fundación MMG para grabar en CD. Y, en los 150 años de la famosa diva, hizo un memorable recital disfrutado por una selecta audiencia procedente de casi todo el país.
Sus CDs de la música para piano de Moisés Moleiro (ASV), Federico Ruiz (ASV), Teresa Carreño (MMG) y Ernesto Lecuona (Meridian) han sido recibidos por la prensa internacional con los más cálidos elogios y son trasmitidos en las radios de cuatro continentes. Siete u ocho CDs, todos muy solicitados por una exigente clientela.
El presente año (2009) la vimos actuar con El Cuarteto Espere un momento por favor, el 12 de julio en la sala Ríos Reyna del Teresa Carreño, con la Orquesta Filarmónica Nacional.
-Yo voy a tocar allí el Concierto No. 2 para piano y orquesta de Federico Ruiz, que él me escribió y es buenísimo; y El Cuarteto va a tocar con la orquesta; y luego tocaremos los cinco".
En reseña periodística de El Universal 25 de Febrero del 2009, manifiesta “que nunca se hubiera imaginado tocando junto a El Cuarteto... como tampoco los integrantes de esa ya treintañera agrupación pensarían que el enamoramiento con la Rodríguez sería tan fulminante: en agosto de 2007, luego de dar un exitoso concierto juntos en el Teatro Teresa Carreño, deciden editar el audio y llevarlo a un disco compacto que puede calificarse de colección: energía, belleza, sobriedad, pero sobre todo, la alegría que transmiten cuando se reúnen para hacer música”.
Enfatiza sobre lo bien que se siente tocando con el par de hermanos Delgado y Naranjo: "Creo que nos complementamos bien, cuando tocamos hay una cosa tan sólida, ellos son serísimos cuando tocan música, no se parecen en nada a cuando están hablando", cuenta entre risas.
Clara Rodríguez es una de las concertistas venezolanas con más renombre tanto en Europa como en su propio país.
Este 3 de octubre a las 7: 30 p. m. ofrece un nuevo concierto en St John´s Smith Square, con obras de Scarlatti, Rachmaninov, Liszt y los venezolanos Fernández (el vals-joropo El Diablo Suelto) y Escenas del Llano de Moleiro.
Situada en el corazón de Westminster -St John's Smith Square - es considerada como una de las obras maestras del barroco Inglés y una de las mejores salas de conciertos de Londres, por atraer artistas de renombre internacional.
Sir Hugh Casson escribe que "Sólo transitar esa plaza tranquila, es un evento. Para disfrutar de sus espacios, para escuchar buena música, es una experiencia que no se encontrará en las salas convencionales ..." (traducción libre)
Del paso de la Orquesta Simón Bolívar dirigida por Dudamel este año en el Albert Hall dijo Clara que había sido como un tsunami. Pero de la ejecutoria de Clara, durante años, en ese país, puede decirse que es como agua de morichal, radiante curso, segura del difícil idioma que halan sus manos y el torrente cautivador que fluye de su alma.
Con razón el maestro Antonio Estévez la valoró como una “poeta del piano”, luego de oírle sus 17 canciones infantiles para piano. Expresando Clara: “Creo que la parte poética se trabaja a través de la música poniendo mucho intelecto y sacando los mejores sonidos del piano. Hay que ceñirse a los conceptos que uno cree que el compositor tuvo cuando concibió la obra y hacer las frases lo más claras posibles para que la gente pueda entender lo que uno está haciendo”.
En su casa de Wimbledon, en Londres, hace dos años, mi esposa, mi hija Clara Rosa y yo, somos objeto de las atenciones de su esplendente corazón así como del exquisito trato de Jean Luc, su esposo, también profesor de música; y, desde luego, Leonardo, el hijo de ambos, y la tía María, caraqueña que no escatima oportunidad para auxiliar a Clara Angelina en su tesonero esfuerzo artístico.
La prensa londinense, a menudo, hace eco de su actuación. Recientemente en Gramophone y, con anterioridad, The Daily Telegraph, en nota de Robert Matthew-Walker anuncian su concierto en el Saint John´s Smith Square y el que se efectuará en marzo del 2010 en The South Bank Centre.
Clara Rodriguez is an excellent pianist with vitality, clean technique
and command of tonal nuance who projects this music as persuasively
as possible.
GRAMOPHONE, London
She has been instrumental in making an important impact in the music scene by taking Venezuelan, Cuban, Brazilian, Argentinean and Spanish composers to audiences around the globe.
Clara Rodriguez has embarked on very interesting recording projects and has released important CDs containing the music of previously little known composers at thanks to her are now heard all over the world.
1 comentario:
Londres como siempre es una ciudad de cine. Cuando hice en agosto un curso de ingles en Londres aluciné, cada día había una cosa.
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